-Como padre, hijito, me han dicho que eres la mejor madre.
La frase se convirtió, inmediatamente, si no en el mejor cumplido, sí en uno de los tops a lo largo de mi vida. Lo hizo Nelly, una tía mía, a quien 23 años atrás llamé por teléfono para saludarla justo por el Día de la Madre .
-Tía Nelly, nos hubiera encantado -estaba entonces felizmente casado y, en ese momento, junto a Soledad y a Carlitos y Evita- estar contigo en este día, pero la gordita -sorry, Soledad - ya nos había comprometido para pasar el domingo con una tía suya...
Pero, para no hacerla más larga, y ante un inminente pellizco por parte de la gordita, sin más le solté, "Feliz día de la Madre".
La voz de tía Nelly sonó auténticamente dulce a través del hilo telefónico. Y fue allí cuando escuché el cumplido, que hasta ahora atesoro:
-Gracias, hijito, de igual manera.
-¿De igual manera? ¿Cómo que de igual manera? Fe-liz Dí-a de la Ma-dre -repetí, esforzándome por pronunciar el saludo con perfecta y acabada dicción.
-Sí, pues, hijito -la voz de tía Nelly continuó escuchándose dulce-, feliz Día de la Madre, porque me he enterado que tú, como padre, eres muy buena madre.
Evita, mi pequeña hija, había nacido a principios de enero y sus ojitos inocentes no acertaban a comprender porqué, de pronto, su padre -el bigotón que la tenía asegurada a él con el canguro de rigor- esbozó esa sonrisa que no aparece sino 2 ó 3 veces a lo largo de toda nuestra vida.
-Soy una muy buena madre -dije en voz alta, y me sentí muy bien que, justo ese segundo domingo de mayo, el Día de la Madre, mis pequeños no tuvieran una, sino 2 mamacitas, sí 2 mamás.
Sin embargo, mañana sí sé lo que voy a hacer -el post fue escrito ayer, sábado-: llamar para saludar a la gordita... después de llamar a Evita y a tía Nelly, por supuesto.
De repente me lo vuelve a decir.
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2 comentarios:
Es increíble como una frase que recibe una persona en un momento determinado puede marcarla tanto, al punto de pasado los años, todavía recordar hasta la forma en que fue dicha y más aún el entorno del momento en que se dijo, bueno gran parte (pienso) se debe al cariño que existe de por medio y la ausencia de la propia madre, sin embargo esto no le quita mérito por el contrario, le da mayor valor y queda escrito en el libro más importante que existe, nuestra memoria. Felicitaciones, pues otras personas se hubieran podido sentir incluso ofendidas en su "hombría" por la frase, tu le diste el sentido correcto que tenía e inteligentemente la aprovechaste y apreciaste.
En realidad, resulta curioso cómo la memoria, de manera imperceptible, suele modificar los recuerdos hasta convertirlos en una suerte de referente ideal, casiejemplar. Por lo demás, los afectos, al igual que los buenos vinos, van mejorando a través de los años... Y sí, como padre, pues, continúo siendo "una buena madre": consentidor, malcriador y haciéndome el de la vista gorda.
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