lunes, junio 09, 2008

EN EL TINTERO


Escribíamos, el sábado último, que los dos días guardando cama habían dejado en el tintero temas como el "Día Mundial del Ambiente", que, a propósito, no es, como algún despistado creyó, el equivalente universalizado del "Día del orgullo gay". También quedó, dentro de la agenda pendiente, el tema de la reelección -ilegal para muchos- de Íbico Rojas como rector, por cinco años más, de la Universidad Particular Iquitos. Con 2 dedos de frente, Rojas aprovechó la presentación en sociedad del flamante Centro Cultural promovido por la Casa de Estudios que regenta. Por último, entre los innumerables tambienes, no podemos obviar el rechazo de los habitantes de la provincia de Alto Amazonas a los proyectos y decretos leyes que amenazan con mutilar los territorios de la amazonia. ¿La última gota? El Decreto Legislativo 1015, que establece que para la adquisición de propiedades de tierras comunales se requerirá del voto favorable de no menos del 50%, es decir una mayoría simple, eliminando la votación calificada de los dos tercios, consagrada en la Ley de Comunidades Campesinas.

Yurimaguas, capital de la provincia de Alto Amazonas, ha sido, desde su fundación, una ciudad pundonorosa. Fue creada en 1713 por Samuel Fritz , noble bohemio que desdeñó la vida muelle que le hubiera permitido su aristocrática cuna para convertirse en un humilde jesuita. Claro, si los jesuitas pueden tener la virtud de la humildad. Lo cierto es que el celo cristiano de Fritz lo trajo por estas tierras donde, el paraíso estaba instalado desde la fundación del mundo.

Primero un simple poblado, Yurimaguas, pasado el tiempo, sustituyó a Balsapuerto como capital de la provincia de Alto Amazonas. Todo lo que Yurimaguas ha conseguido, al igual que casi todas las ciudades de la amazonia peruana, lo ha hecho a pulso, con el sacrificio de sus habitantes, con el sudor macerado de sus gentes por el agüita ardiente y la convicción de que sin el sacrificio nada se puede conseguir.

Yurimaguas, en los últimos tiempos, se está convirtiendo en punto referencial de la lucha de los pueblos del "interior" por desasirse del asfixiante y frustrante centralismo. Porque la dependencia centralista, la subordinación de las ciudades capitales no sólo se da con respecto a Lima... también observado en las ciudades, pueblos y villorios de las regiones con respectos a sus capitales. Para citar a Ionesco, "el perfecto círculo vicioso".

Olvidada, postergada, aislada, recién en la gestión de Yván Vásquez Valera se ha notado un remirar a esta provincia, tal vez por el latente espíritu separatista que parece aflorar en sus gentes cada vez que comprueban su situación. Espíritu que ha sido -y lo sigue haciendo- aprovechado por algunos políticos -Robinson Rivadeneyra, Víctor Isla- para llevar agua para sus respectivos molinos.

Yurimaguas -sólo hay que dar una ojeada a lás publicaciones... locales, porque las nacionales...- ha sido escenario de una serie de acciones de protesta y de defensa de los fueros amazónicos. Mientras en Yurimaguas, y toda la provincia, la población -con algún cura incluido- paraliza sus acciones y sale a las calles a expresar su protesta, en Iquitos, como que la cosa no interesa.

Tal vez el gobierno central desdeñe el efecto que pueda tener acciones como las que ocurren en la capital de la provincia de Alto Amazonas. De repente el peso de sus 95 mil habitantes pueda ser subestimado, pero la dinámica social no cree ni se rige por encuestas de aceptación. Este tipo de reacciones debería hacer reflexionar a los cerebros del régimen. No vaya a ser que, como ya se ha vuelto una constante, una vez más no se prevenga la enfermedad sino se espere su aparición.

De los congresistas loretanos, el de actuación más destacada es Mario Peña (Alianza Parlamentaria) quien se ha compremetido a presentar -¿hoy?- una moción de saludo a la actitud contestataria del pueblo yurimagüino. De José Augusto Vargas (Apra) y Víctor Isla (Partido Nacionalista), ni la tos.

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