lunes, junio 23, 2008

BENDITO SAN JUAN


Ni las imprevistas lluvias que han empezado a caer, de manera sospechosamente conspiradora, en los últimos días, priva a los habitantes de Iquitis -y sus paganos visitantes- de ser protagonistas de la mayor festividad de la amazonia peruana: La Fiesta de San Juan Bautista. Por momentos realmente amenazadora, el agua, que desciende por las abiertas compuertas del cielo, se convierte en una persistente garúa que los loretanos, machistamente, han bautizado como "huarmi lluvia"; literalmente lluvia mujer, por lo fastidiosa que, a veces, se puede tornar... como ellas. Injusticia mayor, desde luego.

La tradición que consigna el origen de la celebración, asociada a la decapitada cabeza del nazareo que, alimentado de miel y langostas, predicaba en la soledad del desierto, se la dejamos a los conocedores, al igual que el éxodo desde Ecuador. Cronista de nuestro tiempo, nuestra labor -gozosa, por cierto- se limita a escribir lo que vemos. Ganándonos alguito, claro.

Noche del domingo 22. El desorden parece querer imponerse a la voluntad de autoridad de los/las gallardos/as miembros de la Policía Nacional asignados a la avenida Quiñones, única arteria que conduce a la Plaza del mismo nombre -el point de la jarana-. Sentados a la mesa de un bar, con un plus desmedido de decibeles peovenientes de las decenas de cantinas improvisadas La pequeña imagen de Juan, el Bautista -de rostro venerable y ojos que despiertan más de un sentimiento de culpa- es paseada acompañada por un reducidísimo número de fieles. Una veintena de jóvenes vírgenes -decimos, es sólo un decir- preceden la caminata, velas en mano con una bailecillo bastante sensual.

Claro, no falta la actitud irreverente de algún dueño de negocio -bussines are bussines, my friends- que, pretendiendo hacerse el distraído, continúa con sus cumbias a todo volumen, cuando la imagen prácticamente ya se encuentra en frente de sus narices.

Asociada, en sus orígenes, a dos de los elementos, fuego y agua, la celebración, en los últimos años, ha derivado, en cuanto al líquido elemento se refiere, a H2O más lúpulo y cebada. Y a raudales. Este año, el culto a Backus no es la excepción, pero con una novedad: la pretención de descentralizar la fiesta. La municipalidad de San Juan cedió la organización central a la Comunidad Campesina de San Juan Bautista, aunque, comuna provincial de Maynas, el gobierno regional de Loreto y la propia municipalidad sanjuanina tuvieron su propia programación.

Con todo, el rescate de costumbres como el salto del shunto, el rito de la purificación en las aguas de las quebradas, para poner un par de ejemplos, hacen avizorar un futuro mejor. Con algo más de imaginación, promocionar la Cruz que se construyó en el aeropuerto con ocasión de la visita, en 1985, del Papa Juan Pablo II, por ejemplo, serviría como un plus para el visitante.

Ahora, debo irme embargado por una duda descomunalmente trascendental: ¿Por la noche somos Marisol o los Karibeños de Guadalupeeé?

No hay comentarios: