jueves, julio 16, 2009
LA PORTÁTIL
En política no existen las casualidades. Por ello da qué pensar el plantón que un grupo de obreros de construcción civil provenientes de Aguaytía hicieron, el pasado martes, contra Jorge Ruiz Rojas, gerente del Consorcio Progreso, responsable de la construcción de la Plaza de Armas de la capital de la provincia de Padre Abad. El quid del asunto era el pago de unos reintegros, que pudo ser solucionado por el administrador del consorcio sin necesidad de tanto bochinche y que, al no ser así, lo ha colocado en la fila de desempleados. Exigir el cumplimiento de los derechos es algo a lo que nadie puede oponerse, pero, ¿por qué expresar el descontento frente al local de la Cámara de Comercio y no frente a las oficinas de la empresa? ¿Acaso no ha habido, en el fondo, un oscuro deseo de desprestigiar al gremio empresarial justo cuando todos cerraban filas en el tema de la restitución de la Ley 27037? ¿Por qué no se protestó frente al local de la Universidad Nacional de Ucayali, donde Ruiz es decano de la Facultad de Derecho? ¿O en su casa, pues? Mmmm.
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