Boquita de carameloHay amigos, cuyo sentido de amistad es tan, pero tan profundo, que ya no es necesario tener enemigos. Esta dura realidad le ha caído como un baldazo de agua fría al presidente regional, Jorge Velásquez Portocarrero, a quien una belicosa militante –según la propia boquita de caramelo de la susodicha hija de Eva-, de Integrando Ucayali, lo único que hizo es defenderlo de las críticas de un osado periodista. Flaco favor el recibido por el “loro mayor”, pues más bien que mal, resultará aun más magullado de lo que anda por estos días, por el tema de su revocatoria. Pero la cosa puede tener más de una interpretación. Claro, por allí los bien pensados saldrán que asumimos el papel de abogado del diablo. Y de repente es así, pues.
Abogado del diabloPorque en todo esto hay más de una alternativa, en realidad dos: que sea militante de Integrando Ucayali o que no lo sea. En el caso de la primera opción, puede ser que, uno, la “flor de la canela” –por la lisura que derrama- haya recibido órdenes de alguien de su agrupación, de repente un “franelín” de esos que no faltan. Dos, que demostrando una iniciativa digna de mejores causas, haya “apanado” al fulano bajo su cuenta y riesgo, sin recibir orden alguna. Ahora bien, en el caso que la dama no sea integrante de Integrando Ucayali, haya sido “aceitada” para hacer lo que hizo, perjudicando al “loro mayor”. ¿Y Julio Gonzales Tuanama, el agredido? Herido, pues, sobre todo en su amor propio.
El ejemplo de HuánucoPero, siguiendo representando el papel de abogado del diablo, grave sería la situación del “loro mayor”, que con esta actitud estaría poniendo de manifiesto su intemperancia y falta de correa. Insistimos, siempre y cuando sea responsable, lo que, al menos hasta ahora, no se puede asegurar. En todo caso, lo ocurrido da pábulo para recordar un ex abrupto del presidente regional de Huánuco, Jorge Espinoza Egoávil, quien en julio del año pasado, en una reunión con los cocaleros en Tingo María, amenazó a la prensa y la fustigó por ser crítica a su gestión, llegando, incluso, a formular un llamado a “eliminarlos” de la actividad periodística. Espinoza, sin embargo, demostrando, tal como lo señalábamos ayer, que sólo “Dios y los idiotas no cambian”, cambió. Y ahora lo encontramos en las mejores relaciones con la prensa y con otras autoridades, como es el caso de Koko Giles, el alcalde de la “Ciudad de los Caballeros de León”, promoviendo la conformación de la macrorregión junto a Áncash y Ucayali y liderando la lucha contra la inseguridad ciudadana.
Publicado: Columna El Informante, Diario Ímpetu, Pucallpa
Enero 28, 2009
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