Una más a propósito de la célebre frase
“En política no se puede ser ingenuo”, fue la respuesta de Alan García a un periodista, que hace una década lo confrontó con una flagrante contradicción entre lo que había declarado el Alan presidente y lo que finalmente hizo el Alan Past-presidente. Por un tiempo, se tuvo la impresión que ésa sería la frase que mejor podría pintar de cuerpo entero la inconmensurable humanidad de García. Sin embargo, esta semana, Jaime Bayly, reveló otra, nacida al calor de una cena privada entre el periodista-escritor y el primer mandatario: “No seas cojudo, hombre, la plata llega sola”.
Conociendo que Bayly no es ingenuo y, menos, cojudo, habría que reflexionar, y de paso preguntarle, acerca de las razones por las que, justo ahora, en el partidor de la carrera electoral, se ha atrevido a revelar los detalles de una conversación sostenida no se sabe cuándo, pero sí donde: en la residencia del ahora vacacionado Francotirador. Y como resulta improbable que la cita entre ambos haya quedado registrada para la posteridad en video o audio –aunque no se descarta la posibilidad, vivimos en el Perú-, la aceptación o negación de lo allí hablado quedará en el terreno de la mayor o menor credibilidad que los protagonistas puedan inspirar. Al final será una situación sin salida, de tu palabra contra la mía.
EspeculandoEn la secuencia de la historia, publicada en Perú 21, Bayly detalla algunas de las razones que lo llevaron a descartar a los partidos políticos como ocasionales anfitriones de su eventual candidatura presidencial: Cambio Radical, Acción Popular, Todos Por el Perú, el Partido Popular Cristiano, y allí acaba la cosa. Sin embargo, aquí surgen otras interrogantes para tratar de conocer las motivaciones del aspirante a candidato que lo llevó a invitar a cenar Alan García, presidente de la República e indiscutible primera y última voz del Partido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre. Para empezar, una: ¿Estaba Bayly en realidad interesado en ser el candidato presidencial del APRA, como en más de una ocasión mencionó en su programa televisivo? De ser así se podría especular que la invitación a García pudo tener razones mucho más poderosas, interesantes e interesadas que la de compartir algunos platos.
Si la hipótesis va por buen camino también se podría especular en las razones para que Alan García aceptó reunirse con Bayly. Y aquí también afloran las preguntas. La primera, ¿por qué Alan García aceptó el encuentro? ¿Es que acaso el presidente veía con simpatía política la aparición de Bayly en la cercana escena electoral nacional? ¿Podría Bayly servirle para llevar adelante algunos de sus cálculos políticos?, porque, según lo escrito por Bayly, Alan lo animó a ser candidato… pero, como se dieron los acontecimientos, no del APRA.
Lógica BaylyanaDe ser así, el artículo de Bayly podría tener una buena dosis de lógica. Lógica para mejor entenderlo, desde luego. Por lo publicado, la reunión pudo producirse en agosto de este año, y el APRA era, para el periodista-escritor, la última posibilidad de hacer realidad el sueño de ser candidato a la presidencia.
La cena debió ser amenísima. Tanto García como Bayly cultivan, con excelencia, el arte de la conversación y, de seguro, que el banquete fue matizado por bulliciosas y liberadoras carcajadas. Tanto García como Bayly son propensos a reír a mandíbula batiente.
Por lo escrito por Bayly se tiene la impresión que quien condujo la dirección de la conversación fue el periodista-escritor, lo que abonaría en la hipótesis que el mayor interesado en la reunión fue él mismo. ¿Con qué objetivo? Imaginamos que algo más que compartir los delicados bocados que se sirvieron. Sin embargo, de los tópicos de conversación, Bayly sólo suelta dos: el de la plata que llega sola y la supuesta confesión de García respecto a propiciar un golpe de Estado si es que Ollanta Humala eventualmente llegara a ganar las próximas elecciones.
Pero volviendo a las carcajadas, en esto Bayly no abunda en detalles, excepto la risotada de Alan que precedió a la célebre frase: “No seas cojudo, hombre, la plata llega sola”. Bayly había comentado que con lo que gana un presidente del Perú (“algo así como 3 mil dólares al mes”), él no podría mantener a su familia. Y eso fue todo.
Aclares y ratificacionesGarcía Pérez declaró, sobre el pucho, que ambas frases fueron citadas por Bayly fuera de contexto, y tratando de aclarar la intención de lo de la plata que llega sola, afirmó haberle dicho que “uno llega a la política para cumplir y para ganar ciertas gratitudes. Después de terminar su rol político, la plata viene sola y le pagarán cinco veces más por su programa, diez veces más por sus conferencias”. Bayly se mantuvo en sus trece y declaró que “no estábamos hablando de la plata que llegaría cuando yo fuese ex presidente, como dice falsamente García.”. Es decir, la plata que, de manera espontánea, como una suerte de plus presidencial, termina llegando como quien no se quiere la cosa.
En cuanto al golpe a Humala, García precisó haberse referido a una preocupación recurrente “para que el país no desande cierta forma de desarrollo porque si no se produciría un enorme caos, pero no he dicho que exactamente va a haber un golpe de Estado y tampoco utilizado ningún apellido”. Y, generoso, halaga al escritor-periodista: “Es una interpretación generosa y literaria de mi querido amigo Jaime”, declaró. Pero Bayly continuó insistiendo, demostrando que lo de “mi querido amigo Jaime” no le hizo bajar la guardia: “En cuanto a Humala, no me atrevería a mentir en algo tan grave. Lo dijo, y lo dijo tal cual lo he citado”. Y a otra cosa, mariposa.
Terciando
En ambos casos, lo escrito por Bayly no apuntaría necesariamente a hacer daño a García Pérez, no al menos en su futuro político personal inmediato. Y no debido a falta de destreza. Si no recordemos la demoledora campaña contra Lourdes Flores a quien parece no perdonó –según su propio análisis- haber pretendido usarlo para ganar la alcaldía de Lima. ¡Qué tal lisura, ¿no?! “Sin necesidad de verla (a Lourdes), supe cuál era su juego y le hice jaque mate antes de que ella moviera peón. Mi padre fue un gran jugador de ajedrez y algo aprendí de él”, confesó, modestísimo.
En el tema, como era de esperar, entró a terciar, primero, Ollanta Humala, quien pidió al Ministerio Público iniciar una investigación. “Existe una conspiración contra la democracia. Pido al Ministerio Público que actúe de oficio y los cite a ambos para que declaren”, dijo, aprovechando la circunstancia para ganarse alguito y sostener que con lo dicho por el jefe de Estado “demuestra que hay un fraude electoral en marcha”. Pero que Humala gane está bien difícil a decir de las encuestas.
Alejandro Toledo Manrique, ex presidente, demostrando dominar la diplomacia con dardos, tampoco desaprovechó la oportunidad: “Yo no conozco si la plata llega sola…” para rematar con estocada perfecta, “yo me la gano”. Oreja y rabo para el candidato de la chakana. Además, aprovechó para pedir “al Presidente que saque las manos del plato electoral, porque el mundo nos está mirando. Él mira cómo la economía crece, cómo fortalecemos las instituciones democráticas y cuan transparentes somos en el respeto a la libertad de expresión y los derechos humanos”. Es decir, palabras mayores de un estadista, aunque poco después, refiriéndose a Mario Vargas Llosa, con el tono engolado que suele emplear cuando aborda temas de importancia, le atribuyó al escritor haber ganado el Premio Nobel de la Paz, y no el de Literatura, como realmente ocurrió. Toledadas, pues.
Aunque esto último es lo que menos le debe importar: las últimas encuestas han posicionado a Toledo en un lugar privilegiado, y el mérito en parte recae también en Alan García, quien tuvo la infeliz ocurrencia de llamarle, despectivamente, “loquito”, provocando un descenso inmediato en cuanto a la aprobación popular y un despegue en el anterior inquilino del Palacio de Pizarro.
¿Quién ha sido el principal beneficiado con todo esto? Ironías de la vida, alguien que no fue mencionado –al menos no revelado- en la cena: Alejandro Toledo Manrique. ¿Bayly apuntalando a Toledo? Es una eventualidad que no se puede descartar. Después de todo, en política todo es posible… Y, además, recordemos, tampoco se puede ser ingenuo y, menos, cojudo.
Porque –en política las casualidades tampoco existen-, después de todo Alberto Massa, congresista del Frente Democrático Moralizador en 1990 y amigo descomunal de Toledo, refiriéndose a Bayly (La Primera, 8 de diciembre) afirma que el periodista-escritor “viene… empapado de la cultura del Bussines Track y piensa librar batalla, sacando en el último momento la grabación planificada…”. Y aquí viene la admisión “...somos muchos los que queremos que Alejandro Toledo no lo derrote (A Alan García o al APRA) ayudado por Bayly, sino por sus propias capacidades.”. A buen entendedor…
Publicado en Ya, Suplemento Dominical del Diario Ímpetu, Edición 53, págs. 4 y 5/ 12 de diciembre de 2010
Caricatura: Carlín, Diario La República
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