sábado, agosto 16, 2008

PROTESTA NATIVA: Intrasigencia a 2 manos


"No hay peor sordo que el que no quiere oir". La sabiduría popular traducida en aforismos, nunca antes estuvo más acertada que en el problema producido por las protestas de 65 etnias de Amazonas, Madre de Dios, Loreto y Ucayali. Pero si hay algo peor que un pretendido diálogo con un sordo es que ambos -en este caso, el gobierno y los representantes de los pueblos amazónicos- lo sean.

El gobierno reaccionó, una vez más, con morosidad. A pesar que, desde el pasado martes 5, las diferentes etnias amazónicas dieron a conocer la realización de una serie de medidas de protesta en contra de 38 decretos legislativos, que según los nativos, vulneran sus intereses, el gobierno no dio la menor muestra de adelantarse a los acontecimientos y demostrar una creíble voluntad de entendimiento. En apariencia, las eminencias grises del Ejecutivo subestimaron la convocatoria y la capacidad de organización de los nativos.

Empezada las medidas -9 de julio, bloqueo de rutas fluviales, toma de motonaves y chatas -barcazas que transportan petróleo-, retención de personal que labora en empresas petroleras- y al advertir que la protesta, lejos de perder fuerza iba adquiriendo niveles más alarmantes, al gobierno no le quedó sino aceptar sentarse a dialogar.

Y aquí viene el juego. Los nativos plantearon -políticamente hablando- una estrategia inteligente no obstante aunque algunas de sus exigencias -como la eliminación de las concesiones petroleras y gasíferas- son extremistas. Sabedores que, en la idiosincracia del Ejecutivo, las decisiones definitivas no la toman los ministros, primero aceptaron sentarse a conversar con el titular de la cartera del Ambiente, Antonio Brack y luego, en San Lorenzo, en El Datem del Marañón, patearon el tablero, a pesar que -entendiendo su concepción cultural de ser Apus- se adoptó el compromiso de reunirse, en Lima con el presidente Alan García.

La suspicacia -un defecto profesional- se apodera de nosotros y provoca unas cuantas preguntas: ¿Qué es lo que realmente se pretende a través de estas medidas? ¿Quiénes son las verdaderas inteligencias que están detrás de todo esto? ¿Quiénes financian los viajes de los dirigentes indígenas a la capital de la república? Lo cierto es que existen algunas ONGs ambientalistas cuyo negocio es justamente ése: provocar y mantener una constante controversia.

Todo esto a pesar que el ministro del Ambiente asumió el compromiso -en tanto vocero del gobierno- de no reglamentaría ni aplicaría los decretos legislativos 1015 y 1073, que fija el poder de decisión en las comunidades nativas, hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie. Los nativos se empecinaron en conversar, en San Lorenzo, con el presidente Alan García, el Presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, y el presidente del Congreso, Javier Velásquez Quesquén.

Sí, pues, la pregunta es ¿qué quieren realmente?

Foto: AIDESEP

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