viernes, octubre 03, 2008
ABENSUR: UN ALCALDE QUE DERRAMA LISURA
Llamar "limeñitos de porquería", a los peruanos nacidos en la "Tres veces coronada villa", no es precisamente una manera delicada de promocionar el turismo hacia nuestra ciudad. Con una gestión que va -como en el tango- cuesta abajo en su rodada, el hijo de "Pushushuy" Abensur, sin hacer mayores esfuerzos, está haciendo los méritos suficientes para pasar a la historia, como el peor alcalde de nuestra bella ciudad.
La infeliz expresión brotó, rabiosa, espumosa, de los labios del alcalde de la provincia de Maynas, Salomón Abensur Díaz a raíz de un problema que la misma comuna portillana ayudó a caldear, con la discoteca Noa. Confundiendo las enseñanzas paternas acerca del respeto a la autoridad, Abensur hijo, desde el principio de su administración -hace ya cerca de dos años- decidió transitar por los predios del autoritarismo y el despotismo.
Ajeno, extraño, distinto al Abensur candidato, que -puro marketeo no más- se paseaba por las empolvadas calles de los asentamiewntos humanos de la ciudad y besaba a niños barrigoncillos que se tragaban los mocos, lo normal ahora son los exabruptos que comete en contra de algunos de sus funcionarios. Y, claro, ahora, se empolva cualquier cosa menos los zapatos.
Intolerante, incapaz de respetar la crítica, recordamos una anécdota que lo pinta de cuerpo entero. Habíamos acudido al gobierno regional a cubrir una visita de Alan Wagner y Juan José Salazar, entonces ministros de Defensa y Agricultura, respectivamente. Concluida la conferencia, bajábamos con Javier Medina, corresponsal de El Comercio, y nos topamos con Abensur y Rafael Salazar, su gerente. Con una amabilidad que no veíamos desde su etapa de candidato, Abensur invitó a Javier, claro, a acompañrles al aeropuerto y ser testigo de la despedida de los visitantes. Ingenuo -¿o perverso?-, nuestro amigo le preguntó: ¿Y a Carlos no lo invitas a ir? Abensur nos miró -su expresión ya no era amable- y le dijo: "Él es mi enemigo". Incapaz de comprender el derecho a la discrepancia, Abensur sin duda recordaba la campaña electoral, en la que, dirigiendo "ABC amazónico", fuimos muy críticos a su candidatura. En esos escasos minutos conocimos al verdadero Salomón Abensur.
Por ello es que, recordando la historia, no nos llama la atención el comportamiento arrogante de quien cree que el cargo le durará por toda la eternidad y que, lejos de convencer o intentar persuadir a quienes no comparten su visión o criterios, arremete con la delicadeza de un paquidermo.
Una frase suya lo grafica por completo: "El tema de la discoteca Noa nos tiene con dolor de cabeza porque Indecopi ha metido su cuchara y hay limeñitos de porquería que se dejan engatusar por cuatro soles, porque en Lima también existe la mermelada".
Y es que, seguramente, alguno de sus asesores -no creemos que haya sido el regidor Homero Llerena- debe haberle aconsejado que esa es la manera de mostrarse campechano. Como papá Pushsushuy, pues.
Foto: Pro & Contra
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