viernes, septiembre 12, 2008

EL QUE NADA DEBE, NADA TEME


Al parecer, el director general del Interior del Ministerio del Interior, Víctor López Orihuela, es de las personas que se guía, tal como hace algunos años lo hizo el presidente Alan García Pérez por el viejo adagio que sentencia: "el que nada debe, nada teme". Claro, aunque hay que recordar que, en el caso del presidente García, horas después de exhibir pública y descarnadamente su valor, tomó un avión para guarecerse en la seguridad del país hermano de Colombia. López Orihuela, quien además es miembro del consejo directivo de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos, al ser aludido como el presunto enlace de algunos influyentes apristas de la localidad, se limitó a decir: "No conozco ninguna de sus versiones…", para agregar, con la arrogancia que, a medida que transcurren los días, se convierte en el look preferido de los integrantes de la cúpula del partido de la estrella: "y, en todo caso, me tiene sin cuidado". Claro, la respuesta de López puede interpretarse como la tajante afirmación de quien tiene el alma absolutamente blanca, como la conciencia de los que no han abrazado la política como profesión. En esta eventualidad –del López impoluto-, caben también algunas especulaciones como, por ejemplo, que López está libre de toda culpa simplemente porque es ajeno a todas estas movidas y su nombre habría sido tomado alegre e irresponsablemente por los caciques apristas de la localidad.
INGENUIDAD
Pero tampoco se puede caer en el error de la ingenuidad. Ya lo dijo, también, hace algunos años, el presidente García: "en política no se puede ser ingenuo". Y desde luego que no hay que ser ingenuo –en la acepción de cojudo-, no sólo en política, sino en cualquiera de las relaciones que los hombres entablamos. Porque sabido es –y esto no de ahora, sino desde tiempos inmemoriales- que los puestos públicos de confianza en el Perú se deciden con el humo blanco de Lima. Es decir, que, hasta en términos de tráfico de influencias, nuestro país necesita descentralizarse. Cinismos al margen, resulta poco creíble que una persona con tanta capacidad de obtener información, como es el caso de López Orihuela, no conozca nada. Hay que recordar que Víctor López, es, junto con Javier Morán, Omar Quesada y Carlos Arana uno de los cuatro ojos y oídos del presidente García a nivel Perú y a él y sólo a él le rinden cuentas. López Orihuela es el responsable de la región Oriente. Mal trabajo haría López si, como en el caso de los maridos víctimas de ocultas infidelidades, resulta el último en enterarse.

Foto: Víctor López, MININTER IquitosPublicado: Columna El Informante, Diario Ímpetu, Pucallpa
setiembre 12, 2008

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