lunes, mayo 12, 2008

¡UYUYUY, LOS PRECIOS!

Hace pocos días, Róger Rumrrill -o Runvil como le llama cariñosa y malévolamente “Chispa” Elgegren- publicó, en un diario de la capital, un artículo acerca del desmesurado aumento en los precios de los artículos de primera necesidad en esta parte del país. Un par de botones de muestra y, por favor, sufridas amas de casa, ¡prohibido llorar! En mayo del año pasado -hace exactamente un año- una botella de aceite de un litro costaba S/. 2.80; en noviembre esa botella había trepado a S/.4.80 y, ahora fluctúa, según la marca, entre S/. 6.00 y S/.8.00. El arroz, en aquella época, costaba S/. 1.40; en noviembre llegó a S/. 2.20; ahora está entre S/. 2.40 y S/. 3.00. Y del pollo, ni hablar. Pero dejemos, de una buena vez, este ejercicio de masoquismo, y, pensando en voz alta, pongamos en blanco y negro algunas reflexiones.

¿Y LA CÁMARA DE COMERCIO?
Bien, gracias, porque, como su nombre lo indica -Cámara de Comercio de Loreto-, el propósito cardinal de esta institución, su objetivo final, su finalidad esencial, su autoexcluyente razón de ser, es la defensa de los intereses de sus agremiados. Y cuando hablamos de defensa de intereses, no pecamos de románticos o idealistas; nos referimos única y exclusivamente a dinero. Contante y sonante. Por ello, retórica y demagogia al margen, a casi nadie llamó la atención el comentario pretendidamente justificado que, al respecto, en algún momento, hiciera Edwin Zevallos Bazán, su presidente: “… La Cámara de Comercio no tiene como función controlar precios, defender la canasta básica del poblador, esa es función del Gobierno Regional y de los municipios que pueden instaurar un puesto regulador…”. Pero y ¿qué de los oligopolios y de las posibles concertaciones de precios? Naca la pirinaca. Como vivir en otro mundo, o en las nubes. O como para recordar aquella décima de Nicomedes Santa Cruz que dice: “Cómo has cambiado pelona, cisco de carbonería…” Sí, pues, como para ponerse a pensar, ¿no?

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